Estambul debe su importancia histórica y su increíble patrimonio cultural y arquitectónico a su estratégica ubicación, a caballo entre el estrecho del Bósforo que separa Europa de Asia Menor. A través de la mayor parte de sus 2.500 años de larga historia, la ciudad (conocida primero como Bizancio, luego como Constantinopla y desde 1930 como Estambul) era un crisol de culturas. Hoy, su población de más de 13 millones es casi exclusivamente de Turquía, y muchos de sus habitantes son inmigrantes recientes de pueblos turcos, atraídos por la promesa de empleos y carreras en esta vibrante ciudad. Estambul ya no es la capital del país, sino que es el motor económico y cultural de Turquía, la ciudad fue Ciudad Europea de la Cultura en 2010 y la mayor parte de sus monumentos son Patrimonio Mundial de la UNESCO. El patrimonio de la ciudad incluye impresionantes mezquitas otomanas e iglesias bizantinas y catacumbas, columnas de los templos helénicos y los restos de enormes muros medievales de la ciudad. Pero hay más en Estambul que herencia bizantina y otomana. El crecimiento económico de la ciudad ha contribuido a crear una escena cultural y musical en auge, con una plétora de nuevos bares, discotecas, galerías de arte privadas, restaurantes y tiendas de moda exclusivas.